La paradoja de los repelentes

Nuestros cuerpos emiten señales atractivas que orientan a los mosquitos hacia la fuente de sangre necesaria para la producción de huevos. El calor corporal, el dióxido de carbono (CO2) de la respiración, el ácido láctico de la transpiración constituyen los principales atrayentes. Un buen repelente tópico para mosquitos tiene componentes activos que hacen que el insecto se desoriente o inhiba su ingesta sanguínea. La eficacia de los repelentes dependerá de la especie de mosquito, de la fisiología particular del humano o mascota y de la aplicación adecuada del producto en el lugar y momento apropiado. Si logramos que no nos piquen, las hembras buscarán otras fuentes de sangre cercanas, porque de todas maneras necesitarán de sangre para la producción de sus huevos. Como los repelentes no bloquean el ciclo de ovulación (ciclo gonadotrófico), las hembras buscarán a otras presas más atractivas (sin el repelente). Si nos encontramos en un ambiente silvestre (caminando entre pastizales, pescando, etc.) el repelente podrá ser eficaz ya que las hembras desviarán su atención hacia otros animales o personas desprotegidas para extraerles la sangre necesaria. En este caso nuestra presencia en el lugar es temporaria y el efecto del repelente podría ser efectivo para protegernos. La paradoja (en el sentido de contraria a la opinión común) se produce si todos los habitantes de una manzana se aplicaran repelentes en el lugar donde viven, trabajan o pasan por tiempos prologados en un entorno productor de muchos mosquitos (gran cantidad de criaderos). Las hembras de los mosquitos que necesitan sangre, tendrán que buscarla de todas maneras, o aumentara la exposición de las personas que no se apliquen el producto. En un trabajo científico publicado en 2013 se demuestra que el principio activo de los repelentes más comunes (DEET) es altamente protector cuando las hembras son expuestas en una primera instancia. Pero las hembras suelen acostumbrarse luego de la segunda exposición y el repelente ya no tendría el efecto protector deseado: http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0054438

Que las hembras pierdan sensibilidad (o aumenten su tolerancia) al DEET sugiere un llamado de atención para no considerar que simplemente usando repelente estamos protegidos. El uso de los repelentes no puede ser continuo, debemos usar el sentido común a fin de evitar problemas derivados del exceso de esta práctica (alergias, irritaciones, resistencia, acostumbramiento). Es importante tener en cuenta que es mejor usarlo solo cuando es necesario. Por ejemplo, reflexionar sobre el área donde nos encontramos y la presencia de mosquitos en ese lugar, el estar a la intemperie, la presencia de vegetación y humedad, el hacer actividad física o estar en reposo. Por otro lado es habitual que aparezcan muchas formulaciones de repelentes caseros, hay que extremar los cuidados con los mismos, en especial cuando los aplicamos sobre el cuerpo, más aún en niños, sin conocer la concentración de los principios activos presentes. Aplicaciones que pueden parecer inocuas podrían acarrear grandes complicaciones a la salud. De tener la posibilidad de hacer extractos que tienen potencial como repelente, conviene pulverizarlos sobre pisos, ventanas antes que ponerlos en la piel. https://espanol.epa.gov/control-de-plagas/use-los-repelentes-de-insectos-de-manera-segura-y-efectiva o https://edis.ifas.ufl.edu/in476

La conclusión de esta reflexión es que los repelentes pueden ser una gran ayuda para situaciones de exposición acotada a la presencia de mosquitos pero no puede ser tomado como una forma de protección prolongada. El mecanismo de protección más efectivo a mediano y largo plazo es el control de las poblaciones de mosquitos, que se consigue a partir de lograr un control efectivo de todos los criaderos presentes en las manzanas.

Nicolás Schweigmann

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Raquel M. Gleiser

Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba

Hernán G Solari

Dinámica de sistemas complejos

Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET

Leonardo Horacio Walantus

Centro de Investigaciones Entomológicas

Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales

Universidad Nacional de Misiones

Elena Beatriz Oscherov

Vicepresidenta de la Asociación Parasitológica Argentina (Ex Profesora Titular de Biología de los Artrópodos y Biología de los Parásitos) FaCENA, UNNE Corrientes

Dra. Corina Berón

Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y 

Biotecnología (INBIOTEC) CONICET

Gustavo C. Rossi

Centro de Estudios de Parásitos y Vectores

CCT La Plata-CONICET-UNLP

 

¡A desarmar la Pelopincho ®!!

Estamos en semana Santa del 2016.

Muchas piletas de lona todavía están armadas pero ya no se usan.pileta

Comenzaron las clases y ya no hay tiempo para aprovecharlas. Algunas están casi vacías, otras todavía llenas. Si los humanos no las usamos serán aprovechadas por varias especies de mosquitos. Si no se desarman, serán criaderos de mosquitos durante la mayor parte del año, y nos llamará la atención que hasta en invierno sentiremos la molestia de mosquitos en nuestras viviendas. Ya se ha comprobado que estas piletas y las de material sirven como criaderos de mosquitos durante todo el año: ( http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/pdf/Fischer%20&%20Schweigmann%202010.pdf ).

Si las dejamos con poca agua, estaremos favoreciendo la colonización del Aedes aegypti. Si se vacían sin guardarlas, acumularán agua de lluvia en pliegues, rincones, o en la base. Esa escasa cantidad de agua es atractiva para que las hembras depositen allí sus huevos. Si se vacían, y se desarman, y quedan semi-plegadas a la intemperie, pueden juntar suficiente agua de lluvia como para formar un excelente criadero de Aedes aegypti u de otras especies de mosquitos. Como Aedes aegypti deposita sus huevos sobre paredes, se corre el riesgo que queden pegados en la parte de la lona cercana donde hay agua. Los huevos pueden resistir toda la temporada invernal y eclosionar en el primer llenado durante la primavera o verano siguiente. Antes de guardar se debe cepillar, enjuagar bien y secar con un material absorbente (papel o trapo seco). Lo recomendable es que se guarde en un lugar seguro, seco y que no pueda acumular agua hasta el periodo estival siguiente.

Nicolás Schweigmann

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Gustavo C. Rossi

Centro de Estudios de Parásitos y Vectores

CCT La Plata-CONICET-UNLP

Med. Mirta Mierez

Docente Área Parasitologia

Facultad de Medicina- UNNE

Corrientes

Nora Burroni

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Corina Beron

Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología.

INBIOTEC – CONICET – Mar del Plata

La forma más común del dengue

¿Por qué continúan las epidemias de dengue a pesar de las acciones de bloqueo? ¿Cuales son los síntomas más probables de un enfermo de dengue? De la misma manera que la introducción de una persona virémica en un ámbito urbano donde se reproduce el mosquito Aedes aegypti no garantiza que ha de producirse un brote en el lugar, no todo brote o foco epidémico ha de transformarse en epidemia. La dinámica propia de las epidemias es estocástica o azarosa. Esa estocasticidad está dada por imponderables como también por lo que se denomina estocasticidad intrínseca, es decir irreducible e inevitable, propia del fenómeno. Nuestra cultura (incluida la ciencia) está muy poco preparada para pensar en ella. Tendemos entonces a pedir y preguntar por imposibles. Por ejemplo ¿cuáles son los síntomas del dengue? MedlinePlus dependiente de la Biblioteca Nacional de Medicina USA nos ofrece la respuesta que buscamos.

La fiebre del dengue se inicia con una fiebre alta y repentina, a menudo de 40 a 40.5° C (104 a 105° Fahrenheit), de 4 a 7 días después de la infección.


De 2 a 5 días después de que la fiebre comienza, puede aparecer una erupción plana y roja sobre casi todo el cuerpo. Posteriormente en la enfermedad, se presenta una segunda erupción parecida al sarampión. Las personas infectadas pueden experimentar una mayor sensibilidad en la piel y sentir mucha molestia.

Otros síntomas abarcan

  • Fatiga

  • Dolor de cabeza (especialmente detrás de los ojos)

  • Dolores articulares

  • Dolores musculares

  • Náuseas

  • Inflamación de los ganglios linfáticos

  • Vómitos

  • Tos

  • Dolor de garganta

  • Congestión nasal


Pero si esta lista satisface a nuestras necesidades de información y a nuestras expectativas (juicios previos o prejuicios) tiene el problema de ser en buena medida incorrecta (lo “tachado” no es parte del cuadro clínico del dengue).

La Organización Panamericana de la Salud se acerca un poco más a la verdad al distinguir entre dengue sin alarma (síndrome febril inespecífico), dengue con signos de alarma (El paciente puede presentar: dolor abdominal intenso y continuo, vómito persistente, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas, alteración del estado de conciencia, hepatomegalia y aumento progresivo del hematocrito) y finalmente el dengue grave. Desde el punto de vista de la práctica médica esta clasificación parece tener más sentido, pero desde el punto de vista epidemiológico falta en ella la categoría más probable: dengue asintomático. Un artículo reciente (2015) nos explica la relevancia del dengue asintomático: tres de cada cuatro casos de dengue son de este tipo, se trata de personas que presentan un malestar menor que el producido por el «dengue sin signos de alarma» (o bien ningún malestar) pero que de igual manera reproducen el virus en sus cuerpos y lo transmiten a los mosquitos. Desde una mirada individualista estas personas no están enfermas, desde el punto de vista de la salud pública estas personas son parte de un proceso epidémico. Estos casos no llegan a las estadísticas, como no llegan tampoco muchos casos de dengue sin signos de alarma, que por asemejarse a otras enfermedades (es tan común escuchar «me siento como si me fuera a engripar») no llegan a la consulta médica y sumado a estos, todas las dificultades e ineficiencias del sistema de notificación. Algunas estimaciones hablan de un caso notificado por cada 10 casos de dengue. Los procedimientos de bloqueo suelen llegar con marcada demora (semanas) reduciendo así la eficiencia de las ya ineficientes fumigaciones, y las tardías descacharrizaciones que ayudan a dispersar a los vectores portadores del dengue contribuyen también con su parte.

Las acciones de bloqueo se deben realizar, pero debemos ser conscientes de que solo una grandísima dosis de suerte nos permitiría contener la epidemia con ellas. Solemos detectar la marcha silenciosa de la epidemia cuando una manzana infestada de mosquitos «se prende fuego» tal como lo describen las notas periodísticas ya citadas en Del patio limpio a la manzana saludable pero el dengue llego a estas manzanas circulando silenciosamente por muchas otras previamente. Es por eso que: ¡¡¡ no hay alternativa a la prevención!!!.

Cuando en un problema dominado por la incerteza actuamos como si tuviéramos certeza, el fracaso parece poco menos que inevitable.

Hernán G Solari

Dinámica de Sistemas Complejos FCEN-UBA e IFIBA-CONICET

Tomás Orduna

Director del Servicio de Medicina del Viajero

Hospital Muñiz

Nicolás Schweigmann

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de criaderos de mosquitos de interés sanitario, en la zona de afectación de la represa de Yacyretá.

Desde el año 1993 hemos estado trabajando en la investigación sobre mosquitos en la zona de afectación de Yacyretá. Los equipos de investigadores corresponden a la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones, el Centro de Investigaciones Entomológicas radicado en el Parque Tecnológico Misiones, y colaboran como laboratorio de referencia, participando como auditores técnicos, integrantes del CEPAVE, CCT La Plata, Conicet y de la División Entomología del Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. De la misma manera, en Paraguay el SENEPA (Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo), ejecuta las mismas tareas.

Desde un inicio tuvimos como objetivos: conocer la fauna de mosquitos del área, ubicar los criaderos de los mismos para posteriormente caracterizarlos en las zonas de la costa del Río Paraná y los arroyos urbanos, en ambas márgenes del río. Además, determinar qué factores son limitantes para el crecimiento de larvas de mosquitos (por ejemplo especies de peces predadores, insectos y calidad ambiental medidos por pH, conductividad, oxígeno disuelto, entre otros, para cada tipo de criadero).

Como estrategia metodológica se colectan larvas y se procede a la captura de adultos empleando trampas. En el laboratorio los mosquitos son identificados y pasan a formar parte de la colección científica del CIE.

A lo largo de estos años las condiciones climáticas fueron extremadamente variables, lo que permitió la observación de las dinámicas poblacionales en una importante variedad de situaciones ambientales. Con todo ello nos hemos dedicado a la caracterización de los escenarios posibles de ser encontrados como criaderos de mosquitos, con énfasis en las especies de importancia sanitaria. Se pudo observar y registrar la dinámica de los criaderos de mosquitos, desde el momento de su aparición como criaderos hasta un grado de sucesión muy avanzado.

Los cambios significativos en las costas del Río Paraná y las desembocaduras de los arroyos urbanos producto de las obras del plan de tratamiento costero han modificado los escenarios, pasando de una situación con importantes criaderos a prácticamente la desaparición de los mismos. Una de las principales variables que favorece esta situación es la pronunciada pendiente en la zona litoral, que sumado a la correntada del Río Paraná impide el desarrollo de vegetación de costa en esta zona (las larvas se encuentran en los puntos con vegetación, siempre que la densidad de la misma no impida que la luz llegue al cuerpo de agua) sin dejar de mencionar la importante presencia de mojarras en toda la zona de costa, lo que constituyen sin duda alguna un aporte importante al control biológico natural de las larvas de mosquitos junto a otros insectos que viven entre la vegetación.

Se han realizado muestreos en estas zonas a fin de validar la hipótesis de la ausencia de criaderos en zonas sin vegetación asociada, confirmando la misma. Actualmente las zonas de conflicto evidenciadas en los primeros años de trabajo han desaparecido. En las desembocaduras de los arroyos urbanos y hacia las nacientes de los mismos, la vegetación flotante y arraigada se ha desarrollado en algunos casos de manera significativa, generalmente debido a los vertidos orgánicos de origen antrópico. Allí es importante el número de organismos controladores que se observan durante los muestreos, en especial una gran entomofauna asociada, donde predominan tricópteros (frigáneas/caddis), ditíscidos (coleópteros/cascarudos acuáticos), fásmidos (bichos palo), belostomátidos (chinches de agua), dípteros (moscas) y odonatos (libélulas), además de un número importante de aves acuáticas, peces y anfibios.

Entre las conclusiones que podemos extraer del trabajo realizado en el proyecto, pueden citarse:

-Se ha proporcionado información útil para la toma de decisiones respecto a la vigilancia ecoepidemiológica de la región.

-Se ha trabajado específicamente en la construcción de modelos de predicción de la aparición de criaderos de mosquitos de importancia sanitaria, y este conocimiento se ha volcado al diseño de la planificación de obras de tratamiento costero, en la zona de afectación de la represa.

-Las zonas con tratamiento costero han demostrado ser eficientes a la hora de evitar el arraigo de la vegetación acuática, tanto flotante como arraigada y semiarraigada, evitando de esta manera la formación de potenciales criaderos de larvas de culícidos.

-Se ha podido construir un modelo basado en una serie de 5 grados sucesionales. Estos reflejan las posibles situaciones que se esperan encontrar en ambientes lóticos y lénticos de la región. Este modelo permite caracterizar el ambiente, determinar su potencial como criadero y predecir la posibilidad de encontrar mosquitos de importancia sanitaria en estos espacios.

-Los cuerpos de agua que denominamos “charcas” presentan un lento proceso de “maduración”, consistente en el poblamiento por diversas especies de plantas, microorganismos, insectos, peces, anfibios, moluscos y otros.

-En la caracterización de los criaderos es determinante precisar el grado de sucesión del cuerpo de agua, el que está correlacionado positivamente con la mayor presencia de especies de mosquitos y el aumento de las densidades poblacionales de estas especies.

-La riqueza a nivel de la biodiversidad establecida es un buen indicador del grado de sucesión alcanzado. Las asociaciones entre las especies de mosquitos y los demás organismos presentes en las comunidades estudiadas constituyen un adecuado marco referencial para la comprensión de la dinámica de los ecosistemas observados.

-Estos escenarios que se plantean pueden aplicarse al reconocimiento de áreas de conflicto sobre otros arroyos o ríos de la provincia, facilitando la detección de criaderos y por ende contribuyendo a la vigilancia epidemiológica de la región.

-Es importante avanzar en el estudio de los controladores naturales de las larvas de culícidos, en particular odonatos, coleópteros, belostomátidos, peces y hongos entomopatógenos, ya que por su presencia y abundancia se perfilan como agentes principales a la hora de realizar el control de las poblaciones de larvas de insectos de importancia sanitaria, en los cuerpos de agua estudiados.

-Hemos iniciado durante los últimos años de trabajo, investigaciones que buscarán determinar las especies de hongos patógenos presentes, así como el potencial de los mismos para el control de los mosquitos.

-Actualmente no se presentan puntos que se pudieran considerar buenos criaderos, fundamentalmente por la ausencia de vegetación o bien por la ausencia de espacios libres entre la vegetación flotante y arraigada, así como por la gran cantidad de controladores naturales, sumada a la escasa presencia de mosquitos adultos.

-En el curso de los arroyos urbanos, las zonas que atraviesan el casco urbano y que no se han entubado, presentan como mayor inconveniente la falta de conciencia de parte de la población respecto al cuidado de estos cursos de agua. Esto se evidencia principalmente al recorrer los cauces y observar los desperdicios que se arrojan en ellos. La toma de conciencia de parte de la población es un reto para el futuro; para ello se deberá continuar trabajando principalmente en acciones de educación ambiental que fortalezcan acuerdos de cuidado y protección de las cuencas hídricas urbanas.

-La calidad del agua de los arroyos se ve muy afectada por aguas residuales urbanas. De hecho la concentración de los contaminantes de origen antrópico y fecal son tan altos que hacen prioritario, desde el punto de vista higiénico-sanitario, el saneamiento de sus cuencas alimentadoras, como así también la depuración de los afluentes de tipo urbanos e industriales.

-Las descargas cloacales provenientes de los barrios llevan estos líquidos al curso de los arroyos y aportan una carga considerable de nutrientes que contribuye con el desarrollo de la vegetación que se observa en el lugar. De esta manera, se da lugar a un proceso de eutrofización de un amplio sector del cuerpo de agua y la proliferación de distintos géneros de mosquitos de importancia sanitaria, principalmente de los géneros Anopheles, Mansonia, Psorophora y Culex. (Obviamente esto no es un problema de la represa, sino de planificación urbana).

-Durante los años de muestreo nunca se han encontrado larvas de Aedes aegypti en las zonas muestreadas. Esto era de esperar, ya que se trata de una especie cuyos criaderos se localizan preferentemente en los patios de las casas.

-El cauce de los arroyos urbanos donde se ha tomado la decisión de conservar y proteger el ambiente natural, debe ser monitoreado de manera constante a fin de evaluar las poblaciones presentes de importancia sanitaria, sus densidades y dinámicas poblacionales. En estos ecosistemas son de suma importancia las interacciones ecológicas que se visualizan a la hora de, por ejemplo, mantener la calidad del agua del cuerpo en cuestión, la estructura de las comunidades y la densidad de las especies presentes, especialmente de las de importancia sanitaria. Por ello deberían apoyarse todas aquellas acciones tendientes a alcanzar cierto grado de equilibrio dinámico en las poblaciones presentes y no fomentar el uso de químicos que puedan alterar este principio de autorregulación del sistema.

-En las zonas con tratamiento costero, (márgenes del Río Paraná sobre la ciudad de Posadas, Costanera y accesos a la ciudad), no se presentan criaderos de mosquitos, ni las condiciones para que los mismos se desarrollen a futuro. Ello representa un logro del plan de manejo, producto del trabajo multidisciplinario de los distintos actores.

Proyecto «Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”:

Leonardo Horacio Walantus

Centro de Investigaciones Entomológicas

Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales

Universidad Nacional de Misiones

Gustavo R. Spinelli

División Entomología, Museo de La Plata

Universidad Nacional de La Plata

Gustavo C. Rossi

Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, CCT La Plata-CONICET

Universidad Nacional de La Plata

Convenio EBY-UNaM

La prevención no debe basarse en “que puedo poner”, sino en “que puedo hacer”.

La epidemia de dengue de 2016 en la Argentina es el resultado de un desorden ambiental que favorece la proliferación del mosquito Aedes aegypti en el entorno urbano. La presencia de recipientes que utilizamos para diversas cosas y basura capaz de acumular agua, genera contaminación ya que se favorece la formación de criaderos en nuestras ciudades poniendo en riesgo la salud de los habitantes. El diagnóstico de situación en ambientes públicos (ejemplificado en las Reflexiones Ambientales Urbanas anteriores, 07 Aedes aegypti en el poder Judicial y 10 Aedes aegypti en las Cubiertas de Vehículos), o en privados (34 Del patio limpio a la Manzana Saludable – Un Cambio necesario) es muy claro. Desde hace más de 20 años que la presencia del mosquito implica un riesgo sobre la salud, sin embargo la falta de un conocimiento acabado sobre el problema lleva a falsas soluciones preventivas (sapos, murciélagos, crotallarias, insecticidas, etc.). En la carta de lectores del diario Tribuno http://www.eltribuno.info/carta-lectores/2016/03/11, retransmitida como carta de lectores en la Nación el 23 marzo de 2016 se llama a usar masivamente un insecticida ambientalmente peligroso y prohibido por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EEUU) desde 1972. Pero este patrón de pensamiento también se encuentra en funcionarios destacados en temas de Salud pero que no manejan los conceptos actualizados y básicos de entomología y participación social: http://www.lanacion.com.ar/1879718-la-prevencion-fundamental-ante-el-dengue Las larvitrampas han quedado en desuso por ser peligrosas. Pueden convertirse muy fácilmente en criaderos de Aedes aegypti. Por otro lado, durante el invierno las poblaciones de Aedes aegypti están representadas predominantemente como huevos, por lo cual los larvicidas no sirven (no matan huevos). Fumigar como prevención significa aplicar en forma regular y frecuente productos químicos que constituyen un contaminante más para el ambiente. Estos productos emitidos al ambiente afectan también a los humanos, a las mascotas y a la fauna de una ciudad, incluso especies beneficiosas como polinizadores o los depredadoras naturales de mosquitos. La estrategia reproductiva de Aedes aegypti es generar enormes excedentes de huevos y esa reserva suele activarse en ausencia de adultos (cuando se fumiga), compensando la situación original. La fumigación preventiva no es sustentable, porque mientras haya criaderos el problema va a continuar. Hoy se eliminan los adultos, en unos días habrá nuevamente adultos producto de los criaderos existentes, se vuelve a fumigar y como los criaderos siguen existiendo se generarán nuevos adultos. Entonces, los funcionarios encargados de la prevención deben dar mensajes claros a la sociedad. La experiencia de la actual epidemia debe servirnos para generar cambios profundos de ordenamiento ambiental en las zonas urbanizadas. El estado como gobierno debe dar el ejemplo de orden y limpieza que impida la formación de criaderos en los entornos de edificios públicos (hospitales, escuelas, etc.), chatarra incautada, control sobre el comercio, etc. y la sociedad toda debe participar en un acompañamiento que permita generar manzanas saludables.

Nicolás Schweigmann

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Gustavo C. Rossi

Centro de Estudios de Parásitos y Vectores

CCT La Plata-CONICET-UNLP

Raquel M. Gleiser

Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba

Nora Burroni

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Hernán G Solari

Dinámica de sistemas complejos

Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET

Corina Beron

Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología.

INBIOTEC – CONICET – Mar del Plata

Aedes aegypti, la estrategia de repartir los huevos entre distintas canastas

Las hembras del mosquito común (Culex pipiens) suele posarse sobre la superficie del agua y poner la totalidad de sus huevos (100 – 150) pegados entre sí, formando una estructura que flota sobre el agua (balsa). Una hembra de Aedes aegypti suele poner un número muy variable de huevos (dependiendo de los trabajos, entre una decena y algo más de una centena), colocados de forma individual sobre las paredes de los recipientes y por encima del nivel de agua.

numero de huevos por sensor El gráfico refleja el comportamiento de puesta de huevos de Aedes aegypti en 23 sensores (de un total de 30 ovitrampas) que resultaron positivos en una semana de estudio. (Ver Reflexión 28 La Experiencia de Oro Verde – Entre Ríos). Como se trata de una experiencia en campo es imposible saber cuántas hembras aportaron huevos en cada ovitrampa. El patrón es similar al que se ve en muchos trabajos. Más de la mitad de los sensores (12) resultaron con muy pocos huevos respecto a muy pocas ovitrampas que presentaron muchos huevos. Esta observación es compatible con un mecanismo adaptativo (una estrategia reproductiva) donde la hembra reparte su descendencia en distintos recipientes que podrían no ser muy “seguros” para la especie. Desde el punto de vista de un mosquito que vive en ambientes urbanos, su adaptación a usar recipientes domésticos y repartir los huevos implica un riesgo a sufrir procesos catastróficos (de origen natural o artificial). Por ejemplo, si algunos recipientes quedarán al sol, el efecto de la temperatura provocará huevos cocidos o duros. Si el recipiente es dado vuelta y los huevos quedaran pegados en las paredes, por falta de agua esa cohorte no podrá eclosionar hasta una mejor oportunidad. Si los huevos llegaran a eclosionar y todo el contenido es arrojado al suelo seco, las larvas perecerán. Si pasan desapercibidos para los humanos su éxito sería rotundo. Si los habitantes de las viviendas realizaran mínimas medidas de prevención puede ocurrir que una pequeña proporción de la descendencia sobreviva en otro recipiente que no se tuvo en cuenta. Este razonamiento vale también para los lugares donde no tienen efecto los métodos químicos de control. Los criaderos que llegan a ser exitosos para la especie (ya usados) quedarán marcados con olor a larva (hormonas o señales químicas) y atraerán a otras hembras para que aprovechen esos lugares “más seguros”. De esa forma se puede explicar las dificultades mencionadas en otras reflexiones para hallar todos los criaderos presentes en una vivienda (O8. Un hogar para mis mosquitos o de cómo criaba mosquitos en casa sin saberlo, 03 Lugares de cría poco comunes de Aedes aegypti). Las ovitrampas son muy sensibles para detectar la presencia de Aedes aegypti en la manzana (27 Tecnología de punta – en un sensor de presencia de Aedes aegypti) y es por ello que la eliminación total de los criaderos se puede “validar con la experiencia de lo comprobado y ya no sobre la abstracción” http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/153428-la-uner-investiga-el-aedes-aegypti-para-prevenir-sobre-datos-constatados.htm

Las acciones de eliminación de criaderos constituyen un excelente control de natalidad sobre las poblaciones de Aedes aegypti, sin embargo la detección temprana de la presencia de actividad (mediante estos sensores) puede favorecer la acción preventiva y solidaria entre vecinos para buscar los criaderos más difíciles y de esa manera llegar a convivir en Manzanas Saludables. El uso de los sensores implica haber adquirido conocimientos básicos sobre el vector y además asumir una responsabilidad ambiental de forma tal que la herramienta no se transforme en otro criadero más.

Trabajo responsable: Esta herramienta de monitoreo no debe quedar expuesta más de una semana cada vez, para evitar que se convierta en otro criadero. Cuando no se utilice más, debe ser lavada con cepillo y agua hirviendo, guardada bajo techo y boca abajo para que no pueda acumular agua, o bien descartada.

Nicolás Schweigmann

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Elena Beatriz Oscherov

Vicepresidenta de la Asociación Parasitológica Argentina (Ex Profesora Titular de Biología de los Artrópodos y Biología de los Parásitos) FaCENA, UNNE Corrientes

Raquel M. Gleiser

Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba

Nora Burroni

Grupo de Estudio de Mosquitos

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Hernán G Solari

Dinámica de sistemas complejos

Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET

Edgardo R. Marcos,

Veterinaria en Salud Pública

Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA

Aedes aegypti, el dengue, los mensajes desacertados y las falsas alarmas

Aedes aegypti volvió a ingresar a la argentina a mediados de la década de los ´80 y en menos de una década ya se encontraba en la mayoría de los barrios del oeste y sur de Buenos Aires. En el verano de 1997 se produjo un pequeño brote en Orán, Salta. Al año siguiente, se inició otro brote mucho más significativo. Ocurrió a lo largo de la ruta 34, con epicentro en Tartagal (Salta), desde Salvador Mazza (Salta) hasta Tucumán. Fue tan importante que el Ministerio de Salud de la Nación emitió el primer comunicado de prensa sobre dengue en la historia Argentina y en octubre de 1998 se lanzó el primer spot televisivo con intenciones de transmitir las medidas de prevención. El texto fue supervisado por biólogos de las universidades de Córdoba y Buenos Aires, estaba perfecto. Pero un diseñador gráfico, quizás con buenas intenciones, modificó el inicio del spot donde puso cinco palabras “dengue” que se movían como alas de un insecto. Luego de ello una enumeración de los síntomas de la enfermedad y las medidas más adecuadas de prevención. Quienes salimos al campo para relevar el estado de situación en las viviendas percibimos que la población estaba muy asustada: había interpretado que en ese entonces la palabra rara (dengue) era un mosquito que podía matar con sus picaduras. Al año siguiente, como no había muerto nadie, se pudo percibir una interpretación social de que se había tratado de una “falsa alarma generada por la política del gobierno de ese entonces”, “el mosquito dengue no mata”. Incluso se nos dificultó lograr explicar a los profesionales de la comunicación que había que separar los conceptos relacionados con el mosquito de la enfermedad (el dengue no es un mosquito). Los problemas conceptuales continuaron ocurrieron incluyendo a las máximas autoridades de salud de gobiernos siguientes. Continuó con una epidemia más generalizada iniciada tardíamente en 2009, eran tiempos de sequía, con epicentros en Charata (Chaco), la ciudad de Catamarca (rodeada por un desierto) y Buenos Aires en medio del humo producido por la quema de pastizales (para esa época) en las islas del sur Entrerriano. Para ese entonces, el efecto mediático de la epidemia ayudó a diferenciar al mosquito de la enfermedad. Pero todavía seguían los falsos conceptos sobre los lugares de cría (charcos, zanjas, lagunas, etc.) y el falso concepto sobre las fumigaciones como medidas preventivas. El tercer aviso, se dio a fines del 2015 con el inicio de una nueva epidemia, cargada ahora en marzo del 2016 con un coctel de tres virus distintos. El mensaje es algo más claro, ya se puede hablar de Aedes aegypti, aunque los medios de comunicación siguen confundiendo a la sociedad con las fumigaciones. Entonces la población lo exige y los funcionarios pretenden calmar los reclamos y conceden sus pedidos. Sin embargo deberían darse cuenta que frente un agravamiento de la situación epidemiológica los mensajes confusos pueden jugar en contra de su imagen. El esfuerzo debería apuntar a generar condiciones de hospitales seguros, escuelas seguras (con entornos libres de criaderos), resolver los basurales a cielo abierto o cementerios de chatarra en proximidades de población. Sumado al nerviosismo, se inventan audios con mensajes caóticos transmitidos por celulares donde mienten una situación de desborde en un hospital, generan alarma extrema del que solo beneficia al comercio de productos repelentes. Habrá que evaluar si el efecto de las falsas alarmas en realidad provocan efectos inesperados que desvían la atención contra las verdaderas medidas de prevención: eliminar y evitar la formación de criaderos en las viviendas de las manzanas de las zonas urbanas. ¿Tendremos que esperar nuevas epidemias de mayor impacto para darnos cuenta que los de problemas ambientales que afectan a nuestra salud solo se resuelven con un verdadero ordenamiento ambiental?

Nora Burroni y Nicolás Schweigmann

Elena Beatriz Oscherov

Leonardo Horacio Walantus

Grupo de Estudio de Mosquitos

Vicepresidenta de la Asociación Parasitológica Argentina

(Ex Profesora Titular de Biología de los Artrópodos y Biología de los Parásitos)

Proyecto «Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”

EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

FaCENA, UNNE Corrientes

Centro de Investigaciones Entomológicas

Parque Tecnológico Misiones

Gustavo C. Rossi

Edgardo R. Marcos,

Raquel M. Gleiser

Centro de Estudios de Parásitos y Vectores

Veterinaria en Salud Pública.

Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV

CCT La Plata-CONICET-UNLP

Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA.

CONICET-UNC – Córdoba

Dengue: una oportunidad para pensar en la salud de manera integral

Una vez más la epidemia de dengue nos pone en alerta, nos sacude de nuestra calma en la que la salud no forma parte de nuestra agenda cotidiana. Y nos preguntamos quién tiene la responsabilidad, y quién debería hacerse cargo ante esta epidemia. En lo personal, creo que para respondernos esas preguntas debemos hacer un trabajo un poco más profundo. Toda crisis representa una oportunidad, dice la sabiduría oriental (que ya bien podríamos ir adoptando en occidente). En lo inmediato, qué mejor oportunidad que aprovechar la epidemia para indagar, analizar y reflexionar sobre nuestra relación con el ambiente. Considero que es una excelente oportunidad para que desde las escuelas, los hospitales, las universidades, los clubes, repensemos nuestro vínculo con el ambiente cercano y no tan cercano. Que nos veamos interpelados a analizar las consecuencias directas e indirectas del ambiente sobre nuestra salud. Por qué no aprovechar esta crisis, para empezar a reconocer que es nuestra relación con el ambiente la que nos propicia la salud, o bien la que nos enferma.

Los nuevos escenarios epidemiológicos originados por las migraciones, la globalización económica, entre otros, desafían las prácticas tradicionales del modelo médico hegemónico y han dado lugar a enfoques alternativos que abordan las problemáticas de salud de manera integral. Como bióloga, egresada de una Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, me mantuve reacia a incorporar las dimensiones políticas y sociales a los procesos de transmisión de enfermedades. No obstante, con el tiempo empiezo a notar que no hay salud posible si no se contempla al humano en su complejidad (hábitos, costumbres, cosmovisión, etc.). En el caso del dengue, los abordajes integrales lograron controlar la transmisión de la enfermedad en áreas donde el virus circula de manera endémica. Este año, un estudio de México1 revela que la limpieza de las escuelas fue capaz de reducir la cantidad de nuevos casos de dengue, sugiriendo que los sitios con alta concentración de personas por un tiempo relativamente prolongado (como las escuelas) deberían ser uno de los principales sitios a mantener libres de mosquitos para controlar la propagación del virus. Por lo tanto, las evidencias sugieren que podemos volvernos protagonistas de la solución mediante nuestro compromiso como ciudadanos activos, lo que representa una solución sostenible a largo plazo.

Invito a la tarea de abordar las problemáticas de salud desde un enfoque integral, en el que se contemplen los aspectos biológicos y médicos con la misma relevancia que los aspectos socioculturales y político-económicos, y donde los saberes académicos dialoguen con los tradicionales. Claro que es una tarea incómoda, que va en contra del modelo médico hegemónico vigente, y se contrapone con intereses económicos y políticos. No es una tarea sencilla porque el diálogo entre disciplinas y saberes nos lleva a reflexionar acerca de nuestras prácticas cotidianas, nos cuestiona, nos hace repensar las prácticas de investigación y las maneras de abordar una problemática, todas acciones que no son bien vistas en la sociedad de la modernidad y la inmediatez. Asimismo, convoco a observar cuál es el valor agregado de los enfoques integrales de la salud que fomentan la participación comunitaria respecto a las prácticas del modelo médico hegemónico. En lo personal, considero que uno de los principales valores de la participación comunitaria es desafiarnos como ciudadanos a tomar un rol activo en la construcción de nuestra salud y bienestar. La participación comunitaria nos posiciona en un lugar de responsabilidad respecto de nuestros actos y, principalmente, nos hace tomar conciencia de nuestra relación con el medio ambiente y cómo esta repercute sobre nuestra salud, la de nuestra familia, hasta sobre nuestros ingresos económicos y nuestra calidad de vida en general.

Considero que, solo en la medida en que desarrollemos una plena conciencia acerca de la relación entre el ambiente y nuestra salud, vamos a poder construir una ciudadanía que entienda qué exigencias le caben al Estado, y qué responsabilidades nos caben a nosotros en nuestra vida cotidiana para mejorar nuestras condiciones de vida. Apuesto a que solo tras muchas pruebas y errores, vamos a reconocernos como los hacedores de nuestro bienestar, de nuestra salud, y eso nos va a hacer conocedores de nuestros derechos y también nuestros deberes. Y seguramente, en el mediano y largo plazo, nos dará la posibilidad de ejercer una ciudadanía responsable en torno a la salud y al ambiente, los cuales están inevitablemente unidos (aunque por momentos la vida urbana y la modernidad nos lo hagan perder de vista), para poder empezar a decidir qué modelo de salud y de medicina queremos.

 

Paula Medone, Lic. Ecología, Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CONICET- UNLP)

  1. Hernández-Suárez, C. M., & Mendoza-Cano, O. (2016). Empirical evidence of the effect of school gathering on the dynamics of dengue epidemics.
    Global health action
    , 9.

Después de la venta de sapos, casas para murciélagos, ahora plantines de Crottalaria. ¿Todo sirve contra el Aedes aegypti?

En los últimos días hemos estado repitiendo viejos errores ya cometidos en otras oportunidades, donde se inunda el mercado de información sin consistencia académica y rápidamente se inician canales de circulación de estrategias para atacar el dengue que no aportan más que pérdida de tiempo y recursos, con el riesgo de generar problemas ecológicos no deseados. En este caso se trata de la propuesta de ofrecer plantines y semillas de Crottalaria para atraer libélulas, que se alimentarían de huevos y larvas de Aedes aegypti. Obviamente la falta de conocimiento y asesoramiento entomológico es la causa: (suponiendo que no hay otros intereses ocultos).
El argumento en contra de esta opción puede resumirse contundentemente así:

Estos organismos (Aedes aegypti y las libélulas) en sus estados larvarios, no crían en el mismo sitio y como adultos voladores rara vez comparten los mismos espacios. crotalaria

Las libélulas o alguaciles son insectos que pertenecen a un orden muy antiguo (Odonata) y poseen un ciclo vital complejo, con estados larvarios debida relativamente larga (de unos meses a 4 o 5 años), y estados adultos voladores. Se han adaptado a diversos ambientes, en estadios larvarios se las puede encontrar en charcas, lagunas, arroyos, ríos y en algunas especies en agua acumulada en plantas (notablemente las bromeliáceas) o en huecos en los árboles.

Larvas y adultos de libélulas son depredadores. Las larvas se alimentan de otros invertebrados acuáticos con los que comparten criadero. No es esperable y mucho menos frecuente encontrar larvas de libélulas en espacios con cantidades mínimas de agua en ambientes urbanos donde crían larvas de Aedes aegypti. Mientras que los adultos depredan insectos de cuerpo blando como ser moscas, mosquitos, mariposas, otras libélulas. Si bien es posible observar adultos volando dentro de la ciudad, no están en la cantidad suficiente ni en los mismos ambientes como para controlar de manera efectiva a las poblaciones del mosquito transmisor del dengue.
Asociar a las libélulas a Crottalaria no tienen ningún tipo de fundamente científico. No existe en la bibliografía antecedentes que permita afirmar con certeza que una planta modificaría los hábitos y adaptaciones del insecto, induciéndolo a poner huevos y compartir criaderos con el mosquito domiciliario Aedes aegypti. Si bien estos insectos son muy voraces y claves en ecosistemas acuáticos por su papel de agentes naturales de control de diversas poblaciones de mosquitos de importancia sanitaria, no es justificado invertir en estrategias de “atracción” para utilizarlos como solución para el problema del mosquito transmisor del dengue.

Un grupo de investigadores del instituto agronómico de Campinas, Brasil publicaron en 2015 un trabajo científico sobre la relación entre Crottalaria y el mosquito que se puede consultar on-line para mayor información sobre el tema (“Aedes aegypti: controle pela crotalaria nao tem comprovação científica” por Wutke, E B.; Ambrosano, EJ.; Calegari, A.; WildnerAdP.; Miranda M A C. Documentos IAC, Campinas, Nº 114, 2015).

La introducción de especies exóticas, ajenas al ecosistema (como plantas, insectos, murciélagos, etc.) conlleva a daños colaterales al equilibrio del ecosistema imposible de medir con exactitud de antemano. Eliminar criaderos de Aedes aegypti es la estrategia más efectiva. No son necesarias soluciones mágicas, la unión de la conciencia colectiva, la acción y las políticas preventivas son la respuesta al problema actual del aumento desmedido de casos de dengue en la población.

Lic. en Genética Camila Rippel. Becaria doctoral de CONICET.

Tema: Control biológico de mosquitos: análisis de la capacidad predatoria de estadios inmaduros de insectos del orden Odonata (libélulas)

Leonardo Horacio Walantus

Centro de Investigaciones Entomológicas

Proyecto «Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”

Convenio EBY-UnaM

Gustavo C. Rossi

Centro de Estudios de Parásitos y Vectores. CCT La Plata-CONICET-UNLP

Corina Berón

Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología. INBIOTEC – CONICET – Mar del Plata

Nicolás Schweigmann

Grupo de Estudio de Mosquitos. EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET

Vectores de Enfermedades: Un problema y una oportunidad educativa.

No es una novedad que la escuela como ámbito de la educación formal tenga la capacidad de llegar a grandes porciones de la sociedad, desde la acción multiplicadora de los estudiantes. Cuando se plantean propósitos, objetivos y conceptos que se deben construir para la prevención de enfermedades transmitidas por vectores, nos damos cuenta que pueden adecuarse a los contenidos de los diseños curriculares del Ciclo Básico y Orientado del nivel medio de la Jurisdicción Misiones, en el área de Ciencias Naturales, con capacidad de desarrollarse durante todo el año, propiciando la oportunidad de abordar contenidos conceptuales y procedimentales.

Algunos ejemplos de contenidos conceptuales incluye: biología de invertebrados, ecología, epidemiologia, Promoción de la Salud y la Educación Ambiental. Entre los contenidos Procedimentales se pueden destacar diseño y elaboración de investigaciones de aspectos sociales y biológicos, trabajos entomológicos demostrativos, planteo de hipótesis, sistematización y análisis de datos, como así también el desarrollo de habilidades y actitudes que permitan a los estudiantes aprender a comunicar los conocimientos científicos, adquirir lenguaje técnico-científico, comprometerse con la detección de problemas locales y proyectar posibles soluciones, mediante estrategias innovadoras interdisciplinarias capaz de ser integrada con las áreas de Ciencias Sociales, Matemáticas, Estadísticas, Educación para la Salud, y talleres artísticos, que involucre el reconocimiento del entorno del sujeto potenciando el aprendizaje significativo.

Como parte de nuestra experiencia, desde el equipo de educación del Instituto de Vigilancia y Control de Vectores de la ciudad de Posadas fuimos acercándonos a las instituciones educativas, con la propuesta de llevar al aula el tema de las enfermedades vectoriales, principalmente dengue y leishmaniasis visceral que son las más importantes en nuestra ciudad, trabajados en la modalidad de charlas expositivas dialogadas y talleres con observaciones de materiales biológicos.

A partir de estas y otras actividades, hemos percibido que el contacto con elementos ópticos y con materiales biológicosy audiovisuales interactivos, generaba un mayor interés por la temática por parte de los alumnos, docentes y directivos, haciendo las charlas más dinámicas y participativas y generando un momento para relacionar lo observado con su entorno, en sus hogares y barrios. En estos momentos era muy común que los alumnos, especialmente en la secundaria, nos refirieran a charlas en las que habían participado anteriormente, que estaban centradas en la cuestión médica de la enfermedad, y que les resultaban muy tediosas.

Desde estas experiencias iniciales y al observar las buenas repercusiones,nos propusimos trabajar la problemática en el aula con un abordaje más amplio e incentivando la participación comunitaria en la promoción de la salud. Se buscóno sólo trabajar los aspectos biológicos, sino también los aspectos ambientales, sociales y culturales, con la estrategia de formar grupos de estudiantes que puedan desarrollar intervenciones en su comunidad. Sin embargo, para lograr concretar esta tarea, era necesaria una participación protagónica de los educadores. Si bien los docentes mostraron buena predisposición, a la vez manifestaron la sobrecarga de actividades extracurriculares en la institución, falta de capacitación, sueldos bajos y la situación de trabajar en varias escuelas, además de los reiterados paros que deben realizar para reclamar sus derechos laborales. Entonces nos encontramos con una situación contradictoria entre la buena voluntad de muchos docentes y la falta de recursos: tiempo y capacitación.

Entonces necesitábamos estimular positivamente a los docentes y que su esfuerzo tenga algún tipo de compensación. Es así que apelamos a nuestra capacidad de gestión interinstitucional, generando un convenio tripartito entre el Municipio, el Ministerio de Educación y el Consejo General de Educación; luego diseñamos proyectos de capacitación docente con puntaje para su evaluación. Después de varios meses y a raíz de la constante insistencia, los proyectos fueron avalados por el organismo. Sin embargo, para contar con la presencia de los docentes en los talleres era necesario lograr una resolución del Consejo para el no cómputo de las inasistencias de los educadores, lo que implicaba otro trámite extendido y permanente seguimiento. Cabe destacar que lo de la insistencia no es una cuestión menor en las instituciones del estado.

La convocatoria se realizó abiertamente por los medios de comunicación y a través de la red inter-organizacional que se conformó entre el municipio y las instituciones educativas. También se realizaron reuniones en los establecimientos y se enviaron invitaciones formales.

El equipo municipal capacitador estaba conformado por docentes, médicos, biólogos, veterinarios y antropólogos. En el diagnóstico se indagaron sobre las estrategias de enseñanzas que implementaban con respecto al dengue y la leishmaniasis, lo que resultó preponderante es que todos los docentes que abordaban el tema alguna vez lo hacían desde el análisis de folletería, o indagación en internet, sin tener herramientas para filtrar la información.

En los encuentros se trabajaron las diferentes aristas de las problemáticas de las enfermedades vectoriales, con objetivos de ampliar la visión de los educadores, incluyendo conceptos de ambiente, salud, tenencia responsable de mascota y sus determinantes sociales.

Los cursos eran gratuitos y de modalidad semi-presencial, se realizaban talleres cada15 días, en el periodo de abril a noviembre, y cada uno incluía trabajos domiciliarios que contaban con el apoyo bibliográfico en la página web del instituto.

Los equipos docentes disponían de un tutor, y para la acreditación debían diseñar y ejecutar un proyecto educativo junto a sus alumnos para abordar algunas de las problemáticas en su comunidad; se ha logrado concretar decenas de producciones como obras de teatro, títeres, folletos, murales, salidas de campo, trabajos con ovitrampas, grupos de trabajo para realizar capacitaciones a otras aulas, entre otras. Estas experiencias fueron presentadas en las jornadas institucionales y de ferias de ciencias,  algunos han competido y recibido reconocimientos locales, provinciales, nacionales e internacionales, promoviendo la continuidad de los proyectos desde cada institución, en algunos casos incorporados en el PEI.

El municipio cumplió el rol de capacitador, asesor técnico y de proveedor de los recursos necesarios para el dictado de los cursos y el desarrollo de todos los proyectos escolares. Para detallar algunos ejemplos, pintura y pinceles para murales, elementos para hacer ovitrampas, teatrillo y telas para títeres, elementos de monitoreo de insectos, etc.

Una anécdota: En uno de los trabajos de la escuela N° 269, del barrio Miguel Lanús, los docentes propusieron que cada alumno debía recorrer su patio y el de algún vecino de confianza acompañado por un adulto para tomar muestras de larvas de mosquitos y debían anotar en una planilla los criaderos efectivos y potenciales que encontraban, lo podían hacer solos o en grupos.

El lunes siguiente del fin de semana propuesto para la actividad, llegaron las quejas de algunos vecinos por que los chicos saltaron los muros de muchas viviendas para inspeccionar los patios y cuando estos preguntaban a los estudiantes, respondían que era un trabajo para la escuela… al respecto los docentes nos decían que fue una “exageración de entusiasmo” que se provocó en los alumnos, ya que no veían con frecuencia tal interés de los chicos por su tarea. Diciembre 2015

Biólogo Tejerina Fabricio

DIRECTOR DE EPIDEMIOLOGÍA Y VIGILANCIA DE LA SALUD (2009-2015)

SECRETARÍA DE CALIDAD DE VIDA

MUNICIPALIDAD DE POSADAS

Estudiante Prof. en Biología, Emilio De Lima

RESPONSABLE DE EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN

INSTITUTO MUNICIPAL DE VIGILANCIA Y CONTROL DE VECTORES