Del patio limpio a la Manzana Saludable – Un Cambio necesario.

El mensaje del “Patio Limpio” considera crucial el involucrar a cada individuo y a cada familia en la prevención del dengue. Esto se basa y surge como posible solución al impedimento del municipio para ingresar libremente a las propiedades privadas. Si bien es cierto, la realidad nos muestra con mucha claridad una dificultad que va más allá del compromiso individual. Un conjunto de familias puede tener sus propiedades libres de criaderos de mosquitos. Pero un solo predio localizado en la misma manzana puede contener una cantidad de criaderos como para producir suficientes mosquitos para poner en riesgo a todos los moradores y provocar un foco de transmisión local. Ejemplos de barrios de Buenos Aires que han experimentado focos de transmisión de dengue y demuestran con claridad el problema: en una manzana en Vicente López http://www.lanacion.com.ar/1875577-la-calle-del-dengue-en-vicente-lopez; en una manzana en Monte Castro http://15comunas.com.ar/?p=8718

http://www.canal9.com.ar/noticias-tl9/vecinos-en-alerta–otra-cuadra-del-dengue-17195;

en una manzana en Villa Devoto https://www.youtube.com/watch?v=VaQ0HsjbSswy

en una manzana en Floresta http://www.clarin.com/sociedad/Dengue-Floresta-denuncian-mosquitos-propiedad_0_1537646400.html.

Los sistemas de salud y ambiente suelen responder con el control vectorial recién una vez producidos los hechos (solemos calificarlo como “tarde”). Las fumigaciones en parques o plazas no sirven como medidas preventivas para una transmisión que se produce principalmente en los predios privados. Si bien hoy nos enfocamos en el problema de transmisión de dengue, las manzanas comparten otros problemas ambientales que pueden afectar la salud de los ciudadanos, y por esto podrían ser tomadas como unidad. Ejemplos de ello son los focos de proliferación de roedores, de murciélagos, de enjambres de abejas, de emisiones tóxicas, de ruido, etc. Los vecinos que compartimos las manzanas no tenemos un mecanismo formal para abordar epidemiológicamente estos problemas (y ganar conciencia de que formamos parte del mismo ambiente). Las manzanas deberían constituir una especie de consorcio ambiental (similar al de los consorcios de propietarios de un edificio) donde los vecinos puedan intercambiar sus preocupaciones y acordar soluciones a las problemáticas comunes de sus manzana y en caso de conflicto, si fuera necesario, debería ser frente a un organismo gubernamental que cumpla el rol de mediador.

Es recomendable la participación de personal formado desde las ciencias sociales para abordar el tejido social, y personal formado desde las ciencias biológicas para evaluar los aspectos de la adaptación a los domicilios por parte de las plagas urbanas (proceso de domiciliación). Los Municipios cuentan con delegaciones municipales, o centros comunitarios, que podrían llevar a cabo el rol de mediador y además contar de antemano con la información ambiental de riesgo epidemiológico (agrupado por manzana) como para gestionar las medidas preventivas necesarias para cada caso en particular. La ciudad de Buenos Aires está organizada en Centros de Gestión y Participación o Comunas. Mientras esto no suceda, los ciudadanos tendremos que pensar con buena voluntad en cómo acercarnos solidariamente entre vecinos para resolver los problemas ambientales comunes y asegurar “Manzanas Saludables”. En conclusión, para lograr éxito con las medidas de prevención es necesario constituir o reconstituir el tejido social.

Nicolás Schweigmann

Marina Stein

Leonardo Horacio Walantus

Grupo de Estudio de Mosquitos

Área de Entomología

Proyecto «Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento deCriaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”

EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET

Instituto de Medicina Regional-UNNE – Resistencia-Chaco

Centro de Investigaciones Entomológicas

Parque Tecnológico Misiones

Gustavo C. Rossi

Hernan Solari

Raquel M. Gleiser

Centro de Estudios de Parásitos y Vectores

Depto. Física, FCEN-UBA

Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV

CCT La Plata-CONICET-UNLP

IFIBA-CONICET

CONICET-UNC – Córdoba

Iris Alem

Corina Berón

Nora Burroni

Grupo de Estudio de Mosquitos

Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnologí­a

Lab. De Estudio de la Biología de Insectos,

EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET

INBIOTEC – CONICET – Mar del Plata

CICyTTP-CONICET-Diamante Entre Ríos

 

 

Los mosquitos en el aprendizaje: Un video muy completo sobre Aedes aegypti y Aedes albopictus para usar en el aula: Parte 2

Segunda parte del video de excelente calidad académica (ver Parte 1). Está pensado para zonas tropicales y subtropicales. Consideramos también que el contenido es de gran utilidad para los que vivimos en las zonas templadas del cono Sur de América. Es por ello que nos permitimos aportar algunas aclaraciones para el docente que quiera mostrarlo en clase o que lo sugiera como tarea para el hogar y después genere un ámbito de discusión en clase. Con el buscador se encuentra como: Aedes aegypti y Aedes albopictus – Una amenaza en los trópicos – Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=OgYTTn1oUjM Producido por SPTI – IOC/Fiocruz Corresponde al Instituto de excelencia de Brasil, Instituto Oswaldo Cruz/ Fiocruz –Brasil

El inicio de esta segunda parte comienza con el final de la primera y luego muestra ejemplos de posibles criaderos, incluyendo los artificiales y los naturales. 1:22- Excelente y minuciosa explicación acerca de la puesta de huevos (ovipostura) sobre la paredes de un recipiente (natural) a milímetros por arriba del agua. Esto es controlado por sensores de humedad en el extremo posterior del abdomen. 2:15– El ovocito pasa a la bolsa copulatoria mientras los espermatozoides permanecen guardados en la espermateca (mostrada en la parte 1). La fecundación ocurre cuando el espermatozoide sale de la espermateca, penetra por un poro (micropila) para fecundar el ovocito. 2:50– La puesta de pocos huevos en cada recipiente es una clave o cuestión adaptativa que complica la prevención. Si eliminamos “casi” todos los recipientes es muy probable que se forme un criadero en el que no tuvimos en cuenta. 3:23– Algunos huevos se encuentran ya eclosionados. 4:44– Las larvas comienzan a “eclodir o ecludir” (traducir a eclosionar). 4:55– Observar que cuando eclosionan, las larvas rompen con su cabeza (tiene una estructura con forma de cono para ello) el extremo del huevo a modo de capuchón (opérculo). 5:27– Cuando dicen piel se refieren al exoesqueleto típico de todos los insectos. 5:33– Lo que llaman Fases nosotros lo llamamos estadios larvales 1, 2 ,3, o 4. 6:02– Observen que la parte oscurecida del sifón es más completa (llega más abajo) en la larva de la derecha que en la izquierda. Esto sirve para diferenciar los estadios larvales (1 a 4). 6:22– Si nos acercamos con una linterna a un criadero de Aedes aegypti en condiciones naturales y de noche, las larvas se mueven de la misma forma que en el video para esconderse en el sedimento del fondo. Lo mismo sucede cuando perciben vibraciones (pasos o pequeños golpes en la pared del recipiente). 7:51– La humedad del ambiente influye sobre la longevidad o período de vida. 8:06– Como muestran, los tanques de agua que se usan como reserva hay que taparlos, pero también tapar cualquier orificio más grande que un mosquito (a veces se deja la perforación diseñada para la entrada de agua sin ocluir). 8:36– Observar las cubiertas sobre el techo: si están a la sombra son excelentes criaderos, si permanecen al sol no dejan de ser criaderos, todo
dependerá del clima, a mayor cantidad de lluvias mayor probabilidad de sobrevida de las larvas.

María Victoria Micieli
CEPAVE. Centro de Estudios de Parásitos y Vectores
CCT La Plata-CONICET- UNLP

Gustavo C. Rossi
CEPAVE. Centro de Estudios de Parásitos y de Vectores
CCT La Plata-CONICET- UNLP

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Los mosquitos en el aprendizaje: Un video muy completo sobre Aedes aegypti y Aedes albopictus para usar en el aula: Parte 1

Este video es de excelente calidad académica, está pensado para zonas tropicales y subtropicales. Creemos que lo que se muestra es de gran utilidad también para los que vivimos en las zonas templadas del cono Sur de América. Es por ello que nos permitimos aportar algunas aclaraciones para el docente que quiera mostrarlo en clase o que lo sugiera como tarea para el hogar y después genere un ámbito de discusión en clase. Con el buscador se encuentra como:

Aedes aegypti y Aedes albopictus – Una amenaza en el trópicos – PARTE 1.

En Youtube como https://www.youtube.com/watch?v=nVnqoCoKGB8 Producido por SPTI – IOC/Fiocruz Corresponde al Instituto de excelencia de Brasil, Instituto Oswaldo Cruz/ Fiocruz –Brasil

El paisaje inicial nos muestra ambientes arbolados donde hay variedad de frutos y flores (0:24) que son el alimento para todas las especies de mosquitos, incluidas las dos que se muestran aquí (0:30): Aedes aegypti, ya conocida por nosotros y Aedes albopictus que fue hallada en la provincia de Misiones, Argentina. Ambas son muy parecidas, pero se distinguen fácilmente por las escamas blancas con forma de lira (Ae. aegypti) o formando una línea longitudinal en el tórax (Ae. albopictus).Ambas especies suelen transmitir diversos virus, como se describe en el video. 0:55: se habla del probable origen de estas especies y cómo fueron dispersadas pasivamente por el mundo. Un criterio muy importante para comprender porqué aparecen estas enfermedades en distintos lugares es “el concepto de globalización reciente”. Si bien afecta a las zonas tropicales y subtropicales, en la actualidad el problema abarca también a las zonas templadas. En el mapa se puede ver como la distribución del mosquito llega más al sur del trópico de capricornio (aunque hay que aclarar que para la Argentina la distribución es mayor pues el mapa que se muestra no es muy preciso. Por ejemplo en 2009 hubo una epidemia en la provincia de Catamarca).1:25: origen de Aedes aegypti. 1:55: remarcar que el problema es en áreas de ocupación urbana desordenada.2:05: Aedes albopictus tiene un origen muy distinto y ocupa además de las zonas urbanizadas, los ambientes rurales y semisilvestres.2:37: Aedes albopictus fue detectado en la década de los ´80 en EEUU y en Brasil (Rio de Janeiro y Minas Gerais) en mercadería (cubiertas usadas) proveniente de Asia. En 1998 dos grupos de investigación hallan a esta especie en la provincia de Misiones (Argentina). En 2014 se realiza una recorrida por las gomerías de las provincias de Corrientes y Misiones, hallándose solo en el norte de esta última provincia, tanto del lado del rio Paraná como del lado del río Uruguay. 3:23:es importante remarcar que si bien Aedes albopictus es transmisor de dengue en Asia y Oceanía, hasta el presente no hay evidenciasde que ocurra lo mismo en América. Sin embargo los grupos de investigación están alertas sobre esta posibilidad. 4:02: consideramos que la prevención o el ordenamiento ambiental son conceptos más apropiados que el que se usa en el video (combatir) y para ello es importante conocerlos (4:06): la morfología, los hábitos (comportamiento), como se reproducen (para que podamos hacer control de natalidad) y el ambiente donde viven. 4:22: las explicaciones de los detalles morfológicos son excelentes. Si alguien llegara a encontrar ejemplares de Aedes albopictus en Argentina, les agradeceremos que nos avisen ya que se está monitoreando su distribución geográfica en Argentina. 6:50: los laboratorios de investigación que tienen insectarios suelen darles frutas para alimentarlos. Como es imposible eliminar el alimento de las zonas urbanas (plantas con flores y frutos), la mejor opción es impedir la presencia de criaderos.7:54: el mismo razonamiento deberíamos usar para las fuentes de sangre, es imposible eliminar a los humanos y las mascotas de las zonas urbanas. 8:23: el almacenamiento de espermatozoides en las espermatecas es la que permite que la hembra copule una sola vez en la vida y ponga huevos varias veces. 9:30: se observa la emisión de saliva (esas sustancias a veces nos anestesian y/o nos producen picazón). 10:14: la cantidad de sangre que deben ingerir debe ser completa (decimos “a repleción”) para que se estimulen los mecanismos de ovogénesis.10:25: con tanto líquido en el cuerpo las hembras quedan con dificultad para volar, por lo que la digestión implica eliminación de agua.

Gustavo C. Rossi
CEPAVE. Centro de Estudios de
Parásitos y Vectores
CCT La Plata-CONICET- UNLP

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

María Victoria Micieli,
CEPAVE. Centro de Estudios de
Parásitos y de Vectores
CCT La Plata-CONICET- UNLP

Los murciélagos no previenen el dengue

Según la nota emitida por Ambito.com titulada “Murciélagos, ¿la solución para combatir el mosquito del dengue?” comunicada en http://www.ambito.com/noticia.asp?id=830068 (sábado 5 de marzo de 2016) Menciona un reportaje realizado al presidente del Programa de Conservación de Murciélagos del Uruguay. Los murciélagos insectívoros son parte del ecosistema donde vivimos y su presencia es saludable para el ambiente en el marco del entorno urbano. Porque estos “mamíferos suelen tener actividad nocturna”, en pleno vuelo e ingirieren todo tipo de insectos voladores. Entre su dieta se encuentran los “mosquitos de actividad nocturna”. Por otra parte, Aedes aegypti tiene principalmente actividad diurna y sólo por una cuestión de lógica básica podemos darnos cuenta que hay una barrera horaria de actividades entre ambas especies. Por esta, razón los murciélagos no pueden controlar al mosquito Aedes aegypti.
El mosquito Aedes aegypti se encuentra con más frecuencia en los domicilios. Los murciélagos a veces suelen encontrarse en los domicilios, por ejemplo descansando durante el día, en el interior de los taparrollos de las persianas de muchos edificios urbanos. Esto ocurre porque las persianas que no son selladas correctamente dejan una abertura exterior que permite la entrada de estos pequeños mamíferos. A veces, los murciélagos ingresan a la habitación y provocan angustia de los moradores y sensación de inseguridad. Representan peligro si llegan a morder al capturarlos o cuando una mascota los molesta. Esta es una de las razones por las que los animales deben ser vacunados contra el virus de la rabia. Además la convivencia estrecha con los murciélagos puede generar acumulación indeseada de sus excretas en el domicilio o trabajo, favoreciendo a la proliferación de un hongo que puede producir Histoplasmosis y afectar las vías respiratorias del hombre. Por lo anteriormente expuesto, y también por lógica básica, no es conveniente permitir la proliferación de murciélagos en el domicilio.
No es necesario combatir, en los combates perdemos todos. En todo caso nuestro desconocimiento (ignorancia) es lo que favorece los desequilibrios ambientales que dan oportunidades a la entrada de patógenos en el ambiente urbano. Si “combatimos” a los murciélagos tendremos más insectos molestando durante las noches. Si “combatimos” al mosquito Aedes aegypti en los lugares donde está ausente (fumigando a mansalva los parques), provocaremos daños sobre los depredadores naturales que controlan a muchas especies de mosquitos. Por lo tanto a mediano y largo plazo habremos facilitado la llegada de nuevos problemas (otras plagas). No es saludable “combatir”. Es el conocimiento y el respeto por el ambiente que nos rodea lo que nos va a permitir hallar las soluciones sustentables que nos merecemos.
Olga Suarez
Grupo de Ecología de Roedores Urbanos
EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE – IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Gustavo C. Rossi
Centro de Estudios de Parásitos y Vectores
CCT La Plata-CONICET-UNLP

Raquel M. Gleiser
Ecología de Artrópodos
CREAN-IMBIV
CONICET-UNC – Córdoba

¿Yo, Señor? ¡No, Señor!… Pues entonces, ¿a quién le corresponde?

Quienes trabajamos investigando a los mosquitos domiciliarios (es decir, aquellos que puedan cumplir todo su ciclo de vida en ellas), especialmente aquellos que transmiten enfermedades como el dengue, entramos innumerables veces a las viviendas en busca de criaderos de estos insectos, a buscarlos en sitios de reposo y/o colocar trampas, o realizar encuestas con diferentes objetivos. En esos momentos frecuentemente se generan charlas amenas con la gente, uno puede recoger ideas, sensaciones, a veces quejas, a veces preguntas; aunque uno finalmente atesora las palabras de apoyo, de aliento, de agradecimiento, de felicitaciones que reconfortan. Pero claro, nos suelen preocupar más las dificultades, aquello que necesita mayor dedicación y empeño. Ejemplos de esto resultan los comentarios de los moradores de viviendas de los barrios de medianos y de altos recursos: “Nosotros no tenemos nada de criaderos”, “¿Por qué buscas acá? Debés ir a barrios pobres, a las villas, a los asentamientos”. En estos casos se le adjudica la responsabilidad del problema a un determinado grupo social, estigmatizándolo, y libera a otros. Otros comentarios –no menos preocupantes- responsabilizaban a las autoridades estatales sobre los criaderos de Aedes aegypti, señalando lugares externos a sus hogares, de uso comunitario: “Acá en mi casa, no; vayan a la fuente de la plaza”, “Ustedes deben revisar en el basural”, “No es en nuestras casas que deben buscar para eliminar, sino en los baldíos”, “[el problema] son todos esos charcos”, “Son los bañados de allá, que están llenos de basura”, etc. En estos ejemplos la responsabilidad se ubica totalmente hacia entes gubernamentales, y no se advierte que son sus propias viviendas pueden estar los criaderos, más cerca de lo que ellos creen. Y otros comentarios, involucran la idea de limpieza, por ejemplo, “en nuestra casa no vas a encontrar nada, tenemos todo muy limpio”. A veces las personas endilgan los criaderos a quienes tienen más cerca, como a los vecinos de al lado o de otra parte de la manzana. Incluso al encontrar varios criaderos en sus casas insisten en que eso viene de la casa de al lado. Todas estas actitudes tienen en común que reflejan posicionamientos que evaden la propia responsabilidad y la transfieren a los otros, ubicando a los generadores del problema del Dengue fuera de sus hogares. Todo esto, además de no contribuir de ningún modo a mejorar la situación, resulta altamente riesgoso, dado que se puede ignorar el criadero más cercano al entrevistado. Así pues, estos comentarios reflejan pensamientos y concepciones que forman parte de representaciones mentales las que constituyen
barreras a la lucha contra la transmisión de enfermedades como ésta. Los ciudadanos y las ciudadanas deben  comprender que es imprescindible la participación de toda la población a través –entre otras medidas- del cuidado del hogar, dado que en cualquier domicilio pueden existir recipientes que al acumular agua se convierten en potenciales criaderos de estos mosquitos. Y esta situación es independiente del poder adquisitivo de sus moradores. Hermosas y costosas casas, muy limpias, ordenadas, espaciosas y con ambientes parquizados pueden tener criaderos de este mosquito, al igual que otras de medianos o bajos recursos, con distinto grado de orden ambiental. Con frecuencia suele encontrárselos también tanto en las viviendas más humildes y pequeñas (generalmente insertas en grandes ciudades) como en otras con más espacio donde se acumulan objetos (por su valor comercializable), o viviendas con jardines a fondo, donde ocurren descuidos de algunos recipientes, aunque el resto esté muy prolijo y limpio. Así, la experiencia nos demuestra que podemos encontrarlo en casas de todos los tamaños y densidades de vegetación. Puede haber algunas preferencias de este mosquito por algunas características, pero su presencia se registra en los diversos tipos de edificación y de barrio. La epidemia suele iniciarse en zonas urbanas; luego, su propagación depende –entre otros factores- de la abundancia del mosquito y de la densidad de personas, situación que no excluye ninguna clase social, grupo de viviendas, ni atributo personal. Uno no contribuye efectivamente a mejorar este panorama mediante la realización de actividades de control de criaderos –potenciales o reales- si no se considera responsable de su entorno inmediato. Tampoco lo remedia depositar la plena responsabilidad en entes gubernamentales, aunque es innegable que tienen responsabilidad para este control. El mosquito Aedes aegypti cría en recipientes u objetos que funcionan como tales tanto en nuestros hogares como también en otros sitios públicos de competencia del Estado (como las acumulaciones de autos para desarme, los cementerios, o algún sitio donde se acumulen algún tipo de recipiente a la intemperie). Diversas disciplinas pueden aportar importantes conocimientos para contribuir con este objetivo, así como también puede hacerlo la gente a partir de sus experiencias cotidianas. Saber que es responsabilidad de todos es el primer paso. Asumirla es el segundo. La educación formal resulta clave. Muchos docentes enseñan acerca de cómo evitar los criaderos de mosquitos en las casas, y otros aspectos de los mosquitos, como el ciclo de vida, su papel en los ecosistemas, etc., pero otros docentes no priorizan el trabajan de este tema por diversos motivos (que también sería una barrera). La educación no formal es también un pilar importante, es decir aquella que ocurre fuera de las escuelas, y su aporte puede ser realmente significativo. Tomar en serio esta causa y transmitir lo que sabemos a quienes nos rodean resulta asimismo una contribución fundamental para propagar la información necesaria y crear consciencia de la responsabilidad compartida. Creemos que –a pesar de los obstáculos- estamos bien encaminados y contamos con nuevas visiones, más globales y abarcativas, que nos permiten pensar en un futuro más promisorio en este campo. Sin embargo, resulta claro que queda aún mucho por hacer y que se requiere el compromiso de todos. Aún estamos lejos de mejorar el actual panorama, pero debemos continuar procurando su superación.
Nora E. Burroni
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE-IEGEBA, FCEyN-UBA –CONICET

Lic. Marcela Laura Peresan
Grupo de Epistemología, Historia
y Didáctica de las Ciencias Naturales,
CeFIEC- FCEyN, UBA.

Aedes aegypti y la tercera edad

En muchas grandes ciudades de la Argentina, y en particular en la Ciudad de Buenos Aires, se verifica que año tras año la población de más de 65 años de edad aumenta. Este dato se comprueba en la CABA desde el censo de 1960 en adelante, cuando esta población casi se duplicó, pasando de representar un 9,3 % del total a un 17,2 % actual. Además, el envejecimiento poblacional se ha visto complementado en los últimos censos con un marcado incremento de los mayores de 80 años, que de menos del 1,5 % en 1960 actualmente representan el 5 % de la población de la CABA.
Muchas de las personas muy mayores viven en soledad, en viviendas que ya no pueden mantener ordenadas con sus propias fuerzas. Este grupo constituye un sector vulnerable de la sociedad. Las estructuras edilicias que se dañan ya no las pueden arreglar. Desde la casita más humilde, donde acumulan agua en barriles o tambores de 200 litros como única fuente de agua y que no pueden volcarlos para limpiarlos, hasta las viviendas residenciales con parque o jardín cuyo mantenimiento les resulta imposible hacerlo en forma personal, y dependen de poder contratar personal auxiliar o de la ayuda de sus familiares para concretarlo.
En algunos casos, y por hábitos y costumbres, suelen acumular agua de lluvia que cae desde el tejado en baldes que ya no pueden levantar. En otros casos, quizás tienen una cisterna pluvial -ubicada bajo nivel- que ya no revisan. Pueden tener alguna canaleta del techo tapada de hojas, a la que ya no pueden acceder para mantenerla limpia. Suelen tener infinidad de plantas enraizando, puestas en recipientes con agua, que no suelen renovar con la frecuencia indispensable. Todos estos ejemplos ofrecen condiciones para la acumulación de agua y que pueden transformarse en criaderos de mosquitos, especialmente Aedes aegypti, el vector de la fiebre amarilla urbana, el dengue, el chikungunya y el zika, transformándose en potenciales riesgos sanitarios propios y para el resto de la comunidad. Algunos barrios dan testimonio de esto, mostrando índices altos de infestación de vivienda y de presencia de criaderos, en zonas urbanas con casas medianas a grandes habitadas por personas mayores.
Existen familiares que suelen visitar habitualmente a sus mayores y podrían ayudar a detectar estos potenciales sitios de cría y multiplicación de mosquitos, y proceder a su eliminación. En otros casos, cuando los adultos mayores no tienen familiares, existen grupos solidarios de vecinos, de ONG ́s, de centros de jubilados o de distintas religiones, que suelen visitarlos para entregarles un tiempo de cariño y compañía. En estos casos, también sería recomendable que tomen en cuenta este tipo de problemas que suele darse en las temporadas cálidas del año.
También debemos considerar que las personas de la tercera edad tienen lo suyo para aportar a la solución del problema: suelen tener más tiempo libre, ganas de colaborar y mucha experiencia. Por lo tanto tenerlos en cuenta a la hora, por ejemplo, de cuidar a la familia con sus consejos, o ser difusores de la temática (muchos de ellos utilizan tanto las computadoras como los celulares para estar en contacto con sus allegados). Es indispensable sumarlos, hacerlos activos partícipes de su bienestar y de la comunidad, en este como en todos los temas ellos tienen mucho que aportar. Seguramente nos sorprenderán desde sus conocimientos y experiencia. Démosles el protagonismo que merecen.
Ellos forjaron nuestro futuro. A nosotros nos toca forjar el de los que nos suceden. Nuestros mayores merecen todo el respeto y solidaridad para vivir dignamente y estar protegidos ambientalmente ante la posibilidad de enfermar por alguno de estos virus.
Edgardo R. Marcos,
Veterinaria en Salud Pública.
Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA.
Leonardo Horacio Walantus
Proyecto «Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de
Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario
Centro de Investigaciones Entomológicas
Parque Tecnológico Misiones
Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE-IEGEBA, FCEyN -UBA CONICET
Raquel M. Gleiser
Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV
CONICET-UNC – Córdoba

La Experiencia de Oro Verde (Entre Ríos)

Poniendo el conocimiento en acción, aprendiendo a prevenir con la comunidad.
«Solo sirven las conquistas científicas sobre la
salud si éstas son accesibles al pueblo.»
Empezamos a fines de enero de este año, leyendo una noticia donde se presentaban aspectos vinculados con la biología de los mosquitos y las medidas sanitarias a realizar entre otras cosas. Los entrevistados eran de un grupo de investigación de la Universidad de Buenos Aires (1). Ese mismo día les mandamos un e-mail, donde les consultamos sobre la construcción de un sensor de actividad de ovipostura. En la página del grupo pudimos ver que trabajaban desde hace mucho tiempo en el tema (2), y nos preguntamos si contestarían un e-mail en enero. En pocas horas recibimos el primer correo, donde nos enseñaban a confeccionar el sensor y nos motivaban a trabajar en el tema en nuestra localidad. Pero además nos comentaron que una investigadora estaría en un Instituto del CONICET, a unos pocos kilómetros de distancia. En menos de una semana de intercambiar e-mails, conocimos a la Dra. Nora y el becario Nicolás. Ellos nos visitaron un sábado después de recorrer y colocar unas trampas en la ciudad de Diamante. El encuentro fue una mateada entre las 12 y las 14, donde conversamos sobre las ovitrampas, las fumigaciones y el trabajo colaborativo con la comunidad e intersectorial. Para ese momento ya habíamos juntado 20 frascos de mermelada y los habíamos pintado de negro. Con las recomendaciones de Nora y el joven Nicolás aprendimos más sobre el mosquito, sobre las trampas y sobre el trabajo que teníamos que hacer en la comunidad. A los seis días de la visita, colocamos nuestras primeras 20 ovitrampas en la ciudad universitaria de Oro Verde. Contamos con la ayuda de Daniel Romero, un graduado de nuestra facultad que andaba de visita por el pueblo. Caminamos bastante, hacía calor. En la primera casa que golpeamos las manos encontramos a una de las primeras familias del pueblo, quienes nos comenzaron a contar cómo se había modificado el lugar con el crecimiento de la ciudad, detallando los cambios propios con la creciente urbanización. Entre las cosas más conspicuas que habían cambiado estaba el curso del arroyo el “Paracaó”, que ahora tenía algunas partes entubadas. Pero claramente, se habían modificado la cantidad de viviendas, las áreas más agrestes, etc. La experiencia ya era un éxito, pusimos la primera trampa de huevos de mosquito y ya estábamos aprendiendo! Las primeras dudas que surgen cuando uno está en la calle colocando las trampas son ¿Dónde conviene colocarlas? Tratamos de pensar como mosquito, dónde come, dónde busca las proteínas para producir sus huevos, dónde se protege del sol, del exceso de viento y de las elevadas temperaturas, etc. Con la idea de ir mejorando nuestro trabajo, registramos los sitios de colocación con fotografías, con un GPS la posición en el mapa y con planillas la ubicación de las trampas en la ciudad. Cuando le enviamos los reportes, nuestros científicos compañeros de ruta nos mandaron nuevas recomendaciones y sugerencias. Llegó la primera semana y estábamos ansiosos de salir a ver que sucedía en nuestro pueblo ¿Estaría Aedes aegypti en Oro Verde? Salimos con Mauricio desde la facultad, después de una consulta. Se nos había hecho tarde, eran las 10:30 de la mañana y el sol se hacía sentir. Terminamos cerca de la siesta, bastante acalorados, con las tablitas de las ovitrampas.
En la segunda semana, el diálogo con los vecinos era bueno pero distante. Hasta ese momento no era habitual ver gente de la facultad visitando patios, era nuestra segunda visita a sus hogares. Muchos decían “por acá no andan los mosquitos como en años anteriores” o “son los mosquitos que se ven en la isla, no los que se ven en la televisión”. Por la tarde nos prestaron una lupa en un laboratorio y pudimos observar mejor y registrar las primeras fotos de los huevos. A nosotros nos parecía que habíamos respondido la pregunta: en Oro Verde, estaba el Aedes aegypti! A la noche nos llegó la confirmación vía e-mail, las fotografías enviadas se correspondían con trampas positivas. Durante la tercera semana ya éramos tres en el equipo, se sumó Maximiliano, estudiante de Bioinformática que había cursado el Seminario de Políticas de Salud el año pasado y que le interesan los modelos matemáticos que describen enfermedades como el dengue. El grupo crecía y había más personas aportando ideas, esfuerzo y energía. Habíamos contagiado nuestro interés y también nuestro entusiasmo.
En esa semana tuvimos varias lluvias en el pueblo. En la visita a los domicilios no sólo había huevos de Aedes aegypti, sino también estaban las movedizas larvas. El hallazgo permitió conversar con los vecinos desde otra posición. El mosquito había dejado de ser una figura en un folleto, una imagen en el televisor para pasar a ser un ser vivo en un frasco en el patio de su casa. Y otra vez aparecieron nuevos desafíos ¿Qué decimos para no generar un nivel de alarma que lleve al pánico que inmoviliza al vecino? ¿Cómo motivamos acciones preventivas, acciones colaborativas comunitarias con los vecinos? Esto generó un debate en el equipo, hay que transmitir lo que se observa sin minimizar ni ocultar lo que pasa, proponiendo acciones como ayudar a buscar otros reservorios donde se reproducen y crían los mosquitos. Esto nos condujo a recorrer algunos patios y jardines con los vecinos.
Para la cuarta semana, mientras preparábamos las planillas en la oficina pasó Exequiel, un estudiante de Bioingeniería que cursó la Asignatura Organización de los Sistemas de Salud hace dos años. Esa tarde nos acompañó a colocar diez trampas más llegando a nuevos vecinos. Para la construcción de las mismas contamos con el aporte de frascos que nos arrimó Javier del Programa de Municipio Saludable. Sumábamos más gente al grupo! Además colaboraban en las tareas y en los insumos, que en este caso eran elementos reciclados (frascos de mermelada). La relación con los vecinos fue cambiando. Ahora se acercan a ver las maderitas de las trampas, preguntan y ayudan al equipo, algunos ya identifican la presencia o ausencia de huevos y larvas (utilizamos un frasco traslúcido para la observación del agua que permaneció en la trampa).
En la última recorrida un vecino bromeó: “tenemos cubiertas, ¿nos van a mandar al frente con el municipio?” Y agregó “miren que ya estuvimos limpiando el patio”. Otro nos preguntó: “¿qué van a hacer con los datos? ¿Para qué sirven? Entendemos que el conocer el vector, saber que está presente, cambia las condiciones de la comunidad para enfrentar el problema, favoreciendo la recepción de mensajes vinculados con la prevención. Por otro lado, ya comenzamos a pensar y proponer la constitución de un comité de prevención del dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos domiciliarios, donde podamos sumar voluntarios y otras organizaciones de la comunidad (escuelas, centro de salud, facultades, municipio, centro de jubilados) para abordar el problema. También nos reunimos con el intendente. Le mostramos las ovitrampas, larvas, pupas y los ejemplares adultos de Aedes aegypti que fuimos recolectando. Conversamos sobre la efectividad de las intervenciones como la pulverización-fumigación, las de prevención y promoción de prácticas adecuadas en la comunidad, quedando en seguir trabajando intersectorialmente. Hasta el momento y gracias a la colaboración de los investigadores del GEM y del CICyTTP-CONICET Diamante, pudimos desarrollar acciones vinculadas con la salud pública basadas en evidencia científica, con muy buenos resultados con los vecinos haciéndolos parte del problema a resolver. Tenemos buenas perspectivas de trabajo en el futuro inmediato, siguiendo los lineamientos propuestos para la participación social en el abordaje del dengue en la comunidad (3). Pudimos avanzar en la integración de actividades de extensión e investigación universitaria en el abordaje de los problemas concretos de la comunidad, generando un espacio de formación integral para nuestros estudiantes. Como dijo Nora, “nos queda un largo camino por recorrer”, que seguramente promete nuevos aprendizajes y emociones.
1. Dengue: apuntar a las larvas, el secreto para combatir al enemigo que vive en casa.(22/01/2016) www.clarin.com/buena-vida/salud/Dengue-apuntar-secreto-combatir-enemigo_0_1508249468.html
2. Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/index.html
3. Participación Social en la prevención del dengue: Guía para el promotor. Publicación de UNICEF Argentina, 81 pp. Cufino E., Ravalli M.J.; Cuyul A., Waynstock L., Schweigmann N. (con colaboración de Fischer S.) y Chapman E. 2009. http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/pdf/MANUAL_DENGUE_A5-FINAL_corregido.pdf
Cátedra Salud Pública – Fac. Ingenieria (UNER)
Proyecto Mosquito
:
Mauricio Tanus Mafud Maximiliano Fernández
Exequiel Porte Francisco Moyano Casco
Lic. Gretel Ramirez Mg. Bioing. Fernando Sassetti

Programa Municipio y comunidades
Saludables de Oro Verde (ER)
Javier Fernández

“Tecnología de punta” en un sensor de presencia de Aedes aegypti

Tecnología es una palabra que deriva del griego, compuesto por los vocablos tekne (“arte”, “técnica”, «saber hacer») y logos (“conjunto de saberes”). La noción supone la puesta en práctica del conocimiento, no necesariamente científico, para satisfacer las necesidades humanas. La tecnología de punta hace referencia a toda tecnología con desarrollo de avanzada suponiendo un adelanto innovador respecto a los productos ya existentes. En la historia conocida se han desarrollado varios dispositivos para detectar la presencia de Aedes aegypti. Durante unos años se emplearon “larvitrampas”, cubiertas cortadas como medialuna, con agua para favorecer la presencia de larvas de mosquitos que se revisaban una vez por semana. Con el tiempo se demostró que eran peligrosas si no eran revisadas correctamente a tiempo. Surgió una alternativa biológicamente distinta, algo más segura y muy sensible para detectar la actividad del mosquito (complementario con las encuesta larvarias), pero que tiene la ventaja  de ser rápida y económica. El mecanismo no presenta sofisticación porque técnicamente no es complejo. La ciencia no se vale de lo sofisticado,
puesto que en general lo sofisticado se entiende por algo falto de naturalidad, afectadamente refinado. Quienes lo inventaron la llamaron “ovitrampa”

ovitrampa

(Fay y Eliason, 1966) y están mucho más ligadas al “saber” que las más sofisticadas tecnologías. El nombre es discutible en el sentido que puede ser interpretada como una herramienta para cazar mosquitos. En realidad, funciona como sensor de actividad de ovipostura de las hembras (análogo de un sensor de pérdida de gas). La sensibilidad de detección es increíble y constituye una herramienta ideal para generar un verdadero “alerta temprana”. Como se sabe que esta especie de mosquito no se dispersa por distancias de más allá de una manzana, nos avisa cuando hay un criadero cercano al lugar. Si no respondemos adecuadamente, habrá mayor riesgo de transmisión (parecido a un incendio generado por escape de gas).

huevos sacados con celuularAsí de simple. Hoy, en medio de la epidemia de 2016, si pusiésemos a este “sensor de actividad” en cada manzana, en la mayoría se detectaría presencia del mosquito (como si todos los caños de las manzanas de la ciudad estuvieran perdiendo gas). Creemos que la conclusión es sencilla y no es necesario explicarla. Veamos en qué consiste este dispositivo que tiene tecnología de punta. No necesita de chips electrónicos, no requiere de genes modificados, no usa nanotecnología ni sistemas sofisticados. Se basa en la inteligencia humana que aprovecha los conocimientos existentes sobre el comportamiento del ser vivo que quiere evaluar. Como Aedes aegypti utiliza recipientes, el sensor es un recipiente (originalmente un frasco de mermelada vacio y bien limpio). Como las hembras de Aedes aegypti buscan recipientes en lugares oscuros y les gustan los contrastes pintamos al frasco con pintura negra para pizarrones por afuera y le pegamos una etiqueta de papel blanco. Además colocamos al frasco entre la vegetación de un cantero (a la sombra). Como a Aedes aegypti le gusta el olor a agua con microorganismos, agregamos agua hasta un cuarto a un tercio del volumen del interior del frasco. Como Aedes aegypti suele posarse en las paredes de los recipientes y pone los huevos pocos milímetros por encima del borde de agua, y además como nuestro sensor es de vidrio bien limpio, le ofrecemos una superficie más cómoda para posarse, más rugosa que el vidrio, para que ponga sus huevos ahí. Para esto, nosotros usamos un bajalengua agarrado al borde del frasco con un clip grande, pero puede ser cualquier otro material más rugoso que el vidrio y que no se deshaga con el agua, como un palito de helado, un trozo de tela de algodón. Para que este sistema funcione bien, el vidrio debe estar bien limpio por dentro. Todas las semanas sacamos el bajalengua, cambiamos el agua, limpiando previamente y con mucho esmero el frasco de vidrio usando un cepillo para mamaderas. Los bajalenguas los llevamos al laboratorio en algo que mantenga humedad (como pueden ser bolsitas de celofán y los observamos con una lupa. Los huevos de Aedes aegypti son característicos y muy fáciles de distinguir (Foto de izquierda sacada al sol con celular). Quienes tienen buena visión pueden verlos a simple vista, al sol son bien negros y con aspecto de diminutos granos de arroz de medio a un milímetro de largo. Este dispositivo se puede poner en los centros, o en extremos de un predio (manzana, escuela, hospital, edificios públicos, etc.) y de esa forma detectar si el mosquito está presente (solo en temporada cálida).En caso de detectarlo, habría que diseñar alguna estrategia solidaria con los vecinos para lograr manzanas ambientalmente seguras y saludables. Nos ponemos a disposición de quien lo necesite (educadores o personas que quieran replicarlo) para asesorarlos a distancia para que puedan llevar al aula esta u otras experiencias educativas que se enviarán en los próximos días. Más información en https://dengueinfoar.wordpress.com/
Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE-IEGEBA, FCEyN -UBA CONICET

Hernán G Solari
Dinámica de sistemas complejos
Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET

Raquel M. Gleiser
Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV
CONICET-UNC – Córdoba

Gustavo C. Rossi
Centro de Estudios de Parásitos y Vectores
CCT La Plata-CONICET-UNLP

Dengue: debemos prevenirnos de los mensajes equivocados. 4 marzo 2016

En la nota publicada por Infobae donde se refieren al Grupo de Estudio de Mosquitos hace referencia a las líneas de investigación del grupo:
http://www.infobae.com/2016/03/04/1794353-en-que-barrios-la-ciudad-circula-el-mosquito-del-dengue
Si bien los lineamientos de la nota tratan de ser objetivos, debemos señalar errores conceptuales que deberían ser corregidos y tenidos en cuenta por el periodismo en general.
a) El titulo pretende captar la atención del público. Sin embargo, es impreciso cuando se refiere a los barrios donde circula el mosquito: El mosquito no circula, está en las manzanas viviendo tranquilo hasta que decidamos actuar responsablemente. El término “circula” se usa para el virus, por lo cual puede generar confusión entre la enfermedad y el mosquito. La presencia del mosquito implica riesgo, pero no necesariamente tiene que estar infectado.
b) Primera foto donde se muestra a un operario fumigando. El epígrafe dice:” Operativo de fumigación para prevenir la propagación del mosquito Aedes Aegypti”. Este es el típico concepto equivocado que confunde a la sociedad. La
prevención correcta es la eliminación de los criaderos. La fumigación debe aplicarse solamente en los casos cuando hay indicios ciertos de existencia de transmisión (casos)
c) Segunda foto donde se muestran mapas. El epígrafe dice: «Distribución de la población de dengue en la ciudad de Buenos Aires”. Dicho mensaje puede producir innecesariamente conmoción en la sociedad. No se trata de la distribución del virus dengue en Buenos Aires sino de la presencia del mosquito, que hace 18 años se encuentra presente y constituye un riesgo, pero no necesariamente transmisión. Por ello es que se viene explicando que el virus llega a partir de una persona infectada (por ejemplo vuelve de vacaciones) e infecta a los mosquitos de la manzana donde vive. Los mapas muestran distribución de presencia, no del virus.
La nota fue repetida en http://www.girabsas.com/nota/19257/ Los periodistas resumieron mal los contenidos de la página web del GEM y entrevistaron a una especialista. Por desconocimiento en el tema, al intentar sintetizar,
incurrieron en errores conceptuales graves. Consideramos que el periodismo, en general, debe investigar con rigurosidad profesional este tipo de temas. No puede tomarse a la ligera, porque está en juego la salud de las personas. Alarmar a la población sin sentido no se traduce en respuestas saludables. Esto es un equivalente al audio de WhatsApp que ha circulado por los celulares el pasado 29 de febrero-1 de marzo que solo genera una primera fase de angustia para posteriormente hacer decaer la atención en las medidas preventivas. Los medios deben dar mensaje con propuestas ambientalmente saludable en vez de proponer mensajes apocalípticos.
Nora Burroni
Grupo de Estudio de Mosquitos
FCEyN- UBA – EGE /IEGEBA-CONICET

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
FCEyN- UBA – EGE /IEGEBA-CONICET

Aedes aegypti, algunas preguntas y el derecho al agua

Esta historia retrata la experiencia de algunos investigadores que comenzamos a trabajar en una ciudad del norte de Argentina con el objetivo de buscar maneras de prevenir el dengue. Al comenzar nuestra indagación, lo primero que nos preguntamos fue: ¿dónde se encontrará el mosquito en esta localidad? ¿Dónde se criarán principalmente sus larvas y pupas? Si nos guiamos por la mayoría de las informaciones que recibimos de los medios de comunicación, la respuesta quizás parezca obvia y nos surja casi automáticamente: los cacharros. Sin embargo, eso no fue lo que encontramos. De acuerdo a nuestros estudios, en esa ciudad la gran mayoría de los mosquitos se criaban en tanques grandes, recipientes de alrededor de 500 litros, donde la gente juntaba agua. La segunda pregunta que nos hicimos entonces fue: ¿por qué ocurre esto? Más allá de explicaciones biológicas que atañen a la respuesta, que indican que esos tanques pueden ser un excelente ambiente para la reproducción del mosquito, consideramos que la razón principal se relacionaba con un problema social, político y estructural: las dificultades para el acceso al agua. En esa localidad el servicio de agua de red estaba colapsado, con frecuentes cortes y muy baja presión en muchos momentos, por lo que las personas adoptaron la costumbre de juntar agua en sus tanques para luego consumirla. Cabe remarcar que este tipo de situaciones son muy frecuentes en zonas urbanizadas del continente y en estudios realizados en otras ciudades, se han encontrado resultados similares.
Creemos entonces que, además de las preguntas anteriores debemos formularnos las siguientes: ¿qué podemos hacer para transformar esta situación? ¿Qué habría que hacer para que esos recipientes ya no sirvan de criaderos para el mosquito? En una reflexión anterior se dijo que la mejor medida de prevención existente es eliminar el agua acumulada en los domicilios. Estamos de acuerdo con esta idea pero, ¿cómo podría hacerse eso en esta situación? En principio, no sería una posibilidad eliminar esos recipientes, dado que la gente los usa para vivir. El asunto en este caso nos parece que va mucho más allá del dengue: el acceso al agua es un derecho, el agua es un bien necesario para la vida de todos/as. Por lo tanto, la mejor solución en este caso sería buscar la manera de garantizar el cumplimiento de ese derecho. Esta solución no debería ni podría llegar a partir del trabajo de algunos investigadores foráneos (como lo éramos nosotros) a la zona. Si el gobierno del lugar no da respuestas, consideramos que la solución sería que los habitantes del lugar se organizaran y reclamaran. A su vez, desde nuestro punto de vista, una comunidad organizada podría participar de forma mucho más activa y potente en soluciones a problemáticas como esta, por ejemplo pensando y llevando a la práctica otras acciones para la detección y eliminación de criaderos en cada barrio. Pero eso ya podría ser parte de otra reflexión…
La salud, la política (en sus diferentes acepciones), la cultura, la economía, los derechos, las responsabilidades de cada uno/a y de cada grupo social se entrecruzan en forma compleja y se afectan mutuamente. Problemáticas como el dengue muchas veces van mucho más allá de lo que inicialmente uno puede imaginar y pueden encontrar relación con procesos profundos del sistema mundo en el que vivimos.
Fernando Garelli
Grupo de Didáctica de las Ciencias,
IFLYSIB / CONICET La Plata